Es una inmersión que impresiona por su sencillez y por la cantidad y variedad de bancos de peces que frecuentan la zona. En esta zona, de inmejorable visibilidad por fuera del espigón la mayor parte del año, podemos disfrutar de bancos de roncadores, bicudas, salemas, herreras, bogas, gueldes, sardinas y atunes. La blanca arena sirve de escondite a tembladeras, angelotes y mantelinas, por lo que no debemos olvidar buscar su silueta en el fondo.